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Los tres principales indicadores de Wall Street, el Dow Jones de Industriales, el S&P 500 y el Nasdaq, acabaron este viernes con su racha de cinco semanas en verde, lastrados por el miedo de los inversores a que la Reserva Federal (Fed) no baje los tipos de interés tan pronto como esperaban.

En el acumulado semanal, el Dow Jones se dejó un 0,11 %, el S&P bajó un 0, 42 % y el Nasdaq, donde cotizan las principales empresas tecnológicas, fue el más perjudicado, al caer un 1,34 %.

Y es que los dos indicadores de inflación conocidos esta semana, el Índice de Precios al Consumidor y el Índice de Precios al Productor, fueron algo peores de lo que esperaban los inversores.

Las noticias ya han hecho que se retrase hasta junio la fecha estimada para que el banco central estadounidense comience a bajar los tipos, según la herramienta FedWatch del Grupo CME, que hace unas semanas la ubicaba en marzo.

La tasa de inflación en Estados Unidos cayó tres décimas en enero, hasta el 3,1 % interanual, una caída que se alinea con los objetivos de la Fed y sus planes de devolver la tasa al 2 %.

En términos mensuales, los precios de consumo aumentaron tres décimas con respecto a diciembre, mientras que la inflación subyacente, dato clave que analizan los reguladores, se mantuvo en términos interanuales en el 3,9 %.

Con todo, los datos fueron algo peores de lo que esperaban los inversores, y el pesimismo acabó ganándole la partida al gran entusiasmo que ha dominado la Bolsa neoyorquina desde finales del año pasado.

La situación se agravó este viernes, cuando el Índice de Precios al Productor (IPP, que mide la tasa con la que varían los precios de la producción de bienes y servicios) también arrojó cifras algo peores de las que esperaba Wall Street.

En el cómputo mensual, la tasa creció un 0,3 %, dos décimas por encima de las expectativas, mientras que el IPP subyacente (que excluye los alimentos y la energía, más volátiles) subió un 0,5 %, cuatro décimas más de lo esperado.

La noticia sentó como un jarro de agua fría en la plaza neoyorquina, y llevó al bono del Tesoro estadounidense a 10 años, de referencia, a crecer hasta el 4,7 % durante la sesión, su cifra más alta desde diciembre -aunque luego cerró en un 4,3 %.

A pesar de la incertidumbre, esta semana también se saldó con un nuevo cierre histórico para el S&P 500, que el jueves se ubicó en 5.030 puntos al sonar la campana.

Según el analista Greg Bassuk, de AXS Investments, la dicotomía refleja el «tira y afloja» entre la inflación y la aparente robustez de la economía, con cifras de desempleo en mínimos y buenos resultados empresariales para las principales compañías, según recoge hoy la cadena CNBC.