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El presidente Joe Biden abandonó el domingo la contienda por la Casa Blanca de 2024, poniendo fin a su candidatura a la reelección tras un desastroso debate con Donald Trump que planteó dudas sobre su aptitud para el cargo. El anuncio sin precedentes, el cual se produjo a menos de cuatro meses de los comicios, causó un impacto inmediato en una campaña que ambos partidos consideran como la más trascendental en varias generaciones.

Biden —quien expresó su determinación para completar el resto de su mandato— no tardó en otorgar su respaldo a la vicepresidenta Kamala Harris para enfrentarse a Trump y alentó a su partido a cerrar filas en torno a ella, convirtiéndola en la favorita instantánea del partido para obtener la nominación durante su convención nacional, a celebrarse el mes entrante en Chicago.

El anuncio es el golpe más reciente a una campaña para la Casa Blanca y se produce pocos días después del intento de asesinato de Trump en un mitin en Pensilvania.

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Ningún virtual candidato presidencial se ha salido de la contienda tan cerca de las elecciones. El entonces presidente Lyndon Johnson, asediado por la guerra de Vietnam, anunció en marzo de 1968 que no buscaría otro mandato, después de participar en una sola primaria estatal. Biden anunció su decisión después que más de 14 millones de demócratas votaron por él durante el proceso de las primarias.

Harris emitió un comunicado en que elogió “el acto desinteresado y patriota” de Biden y dijo que pretende “hacerse merecedora y ganar” la nominación presidencial demócrata.

“Haré todo en mi poder para unir al Partido Demócrata – y para unir a nuestra nación – para derrotar a Donald Trump y su extremista Proyecto 2025”, afirmó Harris.

La decisión de Biden se produce tras una creciente presión por parte de sus aliados demócratas para que se hiciera a un lado después del debate del 27 de junio, en que el presidente de 81 años se desvió, a menudo dio respuestas sin sentido y no destacó las muchas falsedades del expresidente.

“Ha sido el mayor honor de mi vida ser su presidente. Y aunque mi intención ha sido buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y para el país es que me retire y me concentre únicamente en cumplir mis deberes como presidente durante el resto de mi mandato”, escribió Biden en una carta publicada en su cuenta en la red social X.

Casi 30 minutos después de dar a conocer la noticia de su salida de la campaña, Biden otorgó su respaldo a Harris.

“Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldar a Kamala para ser la nominada de nuestro partido este año”, dijo en otra publicación en X. “Demócratas, es momento de unirnos y vencer a Trump”.

Hubo algunos indicios de que el partido tomaba medidas para unirse en torno a Harris, quien logró el respaldo de la bancada de legisladores negros, así como del expresidente Bill Clinton y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton incluso antes de comentar sobre la decisión de Biden de salirse de la contienda. Llama la atención que el exmandatario Barack Obama se abstuvo, prometiendo respaldar al eventual nominado del partido.

“Con mucha honra nos sumamos al presidente en respaldar a la vicepresidenta Harris y haremos todo lo que podamos para apoyarla”, dijeron el expresidente Bill Clinton y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton en un comunicado.

Pero Obama, quien había compartido en privado sus dudas sobre las posibilidades de reelección de Biden, no llegó a respaldar a Harris aunque sí elogió a Biden por su decisión.

“Tengo una confianza extraordinaria en que los dirigentes de nuestro partido podrán crear un proceso del cual saldrá un candidato extraordinario”, dijo en un comunicado.

La decisión de Biden se produjo cuando se encontraba en aislamiento en su casa de playa en Delaware después de recibir un diagnóstico de COVID-19 la semana pasada, rodeado de un círculo cada vez más reducido de confidentes y familiares sobre su futuro político. Biden agregó que a finales de la semana dará un mensaje a la nación para ofrecer “detalles” sobre su decisión.

Harris se enteró sobre los planes de Biden la mañana del domingo y el personal de alto rango, tanto de la campaña como de la Casa Blanca, fue notificado apenas minutos antes que se publicada la carta, según personas al tanto del asunto que comentaron sobre las discusiones privadas bajo condición de anonimato. Biden había pasado el último par de días reflexionando sobre su futuro.

Ahora, los demócratas deben tratar urgentemente de darle coherencia al proceso de nominación en cuestión de semanas y persuadir a los votantes en un período sorprendentemente corto de que su candidato puede hacer el trabajo y vencer a Trump. Y, por su parte, Trump debe centrar su atención en un nuevo oponente después de años de centrar su atención en Biden.

La decisión marca un final rápido y sorprendente a los 52 años de Biden en la política electoral, después que donantes, legisladores e incluso colaboradores le expresaron sus dudas de que pudiera convencer a los votantes de que sería plausible que pudiera desempeñar el cargo durante otros cuatro años.

Biden ganó la enorme mayoría de los delegados y todas las contiendas primarias con excepción de una, por lo que su nominación era prácticamente un formalismo. Ahora que ha abandonado la contienda, estos delegados serán libres de respaldar a otro candidato.

Harris, de 59 años, parecía ser la sucesora natural, en buena medida porque es la única candidata que puede aprovechar directamente el fondo de guerra de la campaña de Biden, según las normas federales de financiación de campañas.

La campaña de Biden cambió formalmente su nombre a Harris para Presidenta, reflejando que es ella quien heredará su maquinaria política —una muestra de que lleva ventaja en la contienda por la nominación del partido. Grupos demócratas, incluido el Comité Nacional Democrata, también presentó documentación para el cambio de nombres en sus comités conjuntos de recaudación de fondo para que se refleje la candidatura de Harris.

La Convención Nacional Demócrata está programada para celebrarse del 19 al 22 de agosto en Chicago, pero el partido había anunciado que realizaría una votación virtual para nominar formalmente a Biden antes que comenzaran los procedimientos en persona.

Queda por ver si otros candidatos competirán con Harris por la nominación. El presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison, dijo en un comunicado que el partido “realizará un proceso transparente y ordenado” para seleccionar a “un candidato que pueda derrotar a Donald Trump en noviembre”.

Trump reaccionó a la noticia con una publicación en un sitio web Truth Social, diciendo que Biden “no era apto para aspirar a la presidencia, y ciertamente no es apto para servir”.

“Sufriremos enormemente debido a su presidencia, pero repararemos el daño que él ha ocasionado muy rápidamente”, añadió. “DEVOLVAMOS LA GRANDEZA A ESTADOS UNIDOS”.

Si bien el equipo de Trump había dejado clara su preferencia por enfrentarse a Biden, su equipo había intensificado de cualquier forma sus ataques contra Harris a medida que se intensificaba la presión sobre Biden para que dimitiera.

Funcionarios demócratas, entre ellos muchos que estuvieron detrás del esfuerzo para sacar a Biden de la contienda, rápidamente emitieron declaraciones elogiando la decisión de Biden.

“Su decisión, por supuesto, no fue fácil, pero una vez más puso a su país, su partido y nuestro futuro en primer lugar”, dijo el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, demócrata por Nueva York. “Joe, hoy demuestras que eres un verdadero patriota y un gran estadounidense”.

El líder de la minoría demócrata en la cámara baja, Hakeem Jeffries, elogió a Biden como “uno de los líderes más exitosos y trascendentales en la historia estadounidense”.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, dijo que Biden debería renunciar de inmediato si no es lo suficientemente apto para postularse. Señaló en un comunicado que “espero con ansias que sea 5 de noviembre”.

Además de sus planes de dirigirse a la nación, Biden aún tiene la intención de recibir al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu esta semana en la Casa Blanca, según una persona al tanto de la agenda del mandatario que no estaba autorizada a hacer comentarios públicos.

Aún se desconoce la fecha exacta del encuentro debido a que Biden sigue con su recuperación de la infección de COVID-19. Netanyahu tiene programado pronunciar un discurso el miércoles ante el Congreso y también tiene previsto reunirse con Harris durante su estancia en Washington.

En 2020 Biden se promovió como una figura de transición que quería construir un puente hacia una nueva generación de dirigentes. Pero una vez que obtuvo el puesto por el que luchó durante décadas, se mostró renuente a dejarlo ir.

Alguna vez se le preguntó a Biden si había otros demócratas que pudieran vencer a Trump.

“Probablemente haya como 50”, respondió. “No, no soy el único que puede vencerlo, pero lo venceré”.

Biden ya era el presidente con mayor edad en la historia del país y había insistido reiteradamente que estaba preparado para el desafío de realizar una nueva campaña y cumplir con un segundo mandato, diciéndole a los votantes: “véanme”.

Y fue lo que hicieron. Su desastroso desempeño en el debate provocó un aluvión de ansiedad entre demócratas y donantes, quienes declararon públicamente lo que algunos venían diciendo en privado durante meses, que no creían que fuera capaz de realizar el trabajo por otros cuatro años.

Las preocupaciones sobre la edad de Biden lo han asediado desde que anunció sus intenciones de reelección, aunque Trump es apenas tres años menor que él, con 78 años. La mayoría de los estadounidenses consideran que el mandatario es demasiado viejo para un segundo mandato, de acuerdo con un sondeo de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research realizado en agosto de 2023. La mayoría también duda de su capacidad mental para ser presidente, aunque esa también es una debilidad que mencionaron sobre Trump.

Biden declaraba a menudo que ya no era tan joven como antes, no le era tan fácil hablar o caminar sin contratiempos, pero que tenía los conocimientos y décadas de experiencia, lo cual eran muy valiosas.

“Les doy mi palabra como un Biden. No me postularía nuevamente si no creyera con todo mi ser que puedo desempeñar este trabajo”, aseveró a sus simpatizantes en un evento de campaña en Carolina del Norte apenas un día después del debate. “Porque, para ser sinceros, hay demasiado en juego”.

Pero los votantes también tenían otros problemas con él —ha sido sumamente impopular como presidente incluso mientras su gobierno guiaba al país a través de la recuperación de una pandemia, presidió una próspera economía y aprobó importantes medidas bipartidistas que afectarán a la nación durante varios años. La mayoría de los estadounidenses desaprueba la manera en la que trabaja, y ha enfrentado índices persistentemente bajos de aprobación en temas fundamentales, como la economía y la inmigración.

La motivación de Biden para postularse estaba estrechamente entretejida a Trump. Se había retirado del servicio público después de ocho años como vicepresidente en el gobierno de Obama y la muerte de su hijo Beau, pero decidió aspirar a la Casa Blanca tras las declaraciones de Trump luego de un evento de “Unite the Right” en Charlottesville, Virginia, en 2017, cuando supremacistas blancos irrumpieron en la ciudad para protestar por el retiro de monumentos Confederados.

Trump dijo en su momento: “Tenían a algunas personas muy malas en el grupo, pero también tenían a personas que eran muy buenas en ambos lados. En ambos lados”.

La esposa de Biden, la primera dama Jill Biden, respondió al anuncio del presidente al publicar nuevamente la carta de Biden en la que dio a conocer su decisión, añadiéndole emojis de corazones rojos.

Su nieta, Naomi Biden Neal, publicó en redes sociales: “No tengo más que orgullo por mi abuelo”. Añadió que él ha servido al país “con toda su alma y con incomparable distinción”, y “hoy nuestro mundo es mejor en tantos sentidos gracias a él”.