Santiago de Chile.- La ultraderecha de Chile vive momentos de fuerte división y su ala más radical, vociferante y «trumpista» acaba de crear un nuevo partido, que no para de subir en las encuestas y que hace peligrar el liderazgo que hasta ahora tiene en el sector del excandidato presidencial José Antonio Kast.
Con más de 22.000 firmas, el Partido Nacional Libertario (PNL) se constituyó formalmente el pasado 22 de enero con miras a presentarse a las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre y ganarle terreno al Partido Republicano de Kast.
La mayoría de sus integrantes son antiguos republicanos, incluido su líder, el diputado Johannes Kaiser, que lleva varias semanas segundo en las encuestas de preferencias presidenciales, por delante de Kast, pero aún muy lejos de la exalcaldesa Evelyn Matthei, de la derecha tradicional.
«Nuestra principal propuesta es un proyecto político sustentado en valores propios de nuestra civilización occidental, que enfrente la batalla cultural en la que nos encontramos inmersos, promoviendo el fortalecimiento de nuestra soberanía nacional y de las libertades de los chilenos», dijo a EFE en una declaración escrita la vicepresidenta del PNL, Camille Sigl.
La comunicadora social aseguró que «hoy más que nunca es necesario que el pueblo de Chile ponga un límite definitivo a las políticas progresistas» y criticó a la derecha por padecer «el tremendo mal de sentirse culposa por pensar como piensa».
«Nuestro país se cansó de la derecha buenista y le va a pasar la cuenta en las próximas elecciones», añadió.
Diferencias de forma, pero no de fondo
Republicanos y libertarios apenas tienen diferencias en el fondo: ambos defienden el golpe de Estado de 1973, el modelo neoliberal legado de la dictadura, la reducción del tamaño del Estado, las bajadas de impuestos, la mano dura contra la migración y la soberanía nacional frente al multilateralismo.
Sus referentes son el húngaro Viktor Orbán, el estadounidense Donald Trump y el argentino Javier Milei y sus principales enemigos son la Agenda 2030 de la ONU y los llamados ‘woke’, pero los separan las formas y el estilo de sus líderes.
«Kaiser es una figura mucho más radical, mucho más disruptiva y agresiva, mientras que Kast se presenta a sí mismo como un conservador con ideas muy claras, pero con un estilo más dialogante y un talante más tranquilo», explicó a EFE Cristóbal Rovira, de la Universidad Católica.
Kast y Kaiser
Kast, un abogado profundamente católico y con nueve hijos, es un viejo conocido de la política chilena: fue diputado durante 16 años y militante por décadas militante en la UDI, de la derecha tradicional.