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Estados Unidos amplió el miércoles sus sanciones sobre Rusia mientras los mandatarios de los países del G7 se preparan pare reunirse en Italia para celebrar una cumbre en la que las principales prioridades serán aumentar el apoyo a Ucrania y desgastar la maquinaria de guerra rusa.

El paquete anunciado el miércoles tiene como objetivo a las compañías chinas que ayudan a Moscú a continuar con su guerra en Ucrania y eleva el riesgo para las instituciones financieras extranjeras que trabajan con entidades rusas sancionadas.

Estados Unidos ha impuesto sanciones sobre más de 4.000 empresas e individuos rusos desde que empezó la guerra en Ucrania, en un intento de frenar el flujo de dinero y armamento a Moscú, cuya capacidad armamentística le ha dado la ventaja en el campo de batalla en los últimos meses. Sin embargo, siguen emergiendo compañías nuevas mientras Rusia intenta rediseñar sus cadenas de suministro.

“Tenemos que ser muy honestos con nosotros mismos de que Putin es un adversario muy capaz que está dispuesto a adaptarse y a encontrar colaboradores”, dijo Aaron Forsberg, director de Política y Aplicación de Sanciones Económicas del Departamento de Estado.

Las sanciones sobre Rusia, comentó, son por tanto un “asunto dinámico”.

Aunque las sanciones no han detenido el flujo de productos ilícitos, el objetivo es dificultar que Rusia se abastezca de tecnología crucial, además de aumentar el sobreprecio de los productos. El paquete del miércoles afecta a más de 100 millones de dólares en comercio entre Rusia y proveedores para su guerra.

Las más de 300 sanciones nuevas están dirigidas en gran medida a disuadir a particulares y empresas de países como China, Emiratos Árabes Unidos y Turquía de que ayuden a Moscú a eludir los bloqueos occidentales a la obtención de tecnología clave. También amenazan a las instituciones financieras extranjeras con sanciones si hacen negocios con casi cualquier entidad rusa sancionada, subrayando la opinión de Washington de que el Kremlin ha hecho pivotar la economía rusa en pie de guerra.

Las fuerzas militares rusas están “desesperadas por acceder al mundo exterior”, dijo Janet Yellen, secretaria del Tesoro estadounidense.

El anuncio se produjo poco antes de que el presidente estadounidense Joe Biden llegara a Italia el miércoles, donde él y otros mandatarios de los países del G7 están buscando urgentemente formas de ayudar a Ucrania, incluido convertir activos rusos congelados en miles de millones de dólares de apoyo a Kiev.

Siete compañías chinas y con sede en Hong Kong fueron objeto de las sanciones anunciadas el miércoles por enviar material con valor de millones de dólares a Rusia, incluidos artículos que pueden ser utilizados en los sistemas de armas rusos.

Funcionarios estadounidenses señalaron que China es el principal proveedor de componentes cruciales para Rusia, y suministra tecnología tanto china como occidental.