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Un grupo de 863 mil 498 péptidos antimicrobianos prometedores identificó un estudio basado en la inteligencia artificial, la mayoría nunca antes descritos, expone una investigación difundida hoy aquí.

Publicado en la revista especializada Cell, el estudio subraya que la resistencia a los antibióticos es una de las amenazas a la salud mundial, pues, según cifras oficiales provoca la muerte a 1.27 millones de personas cada año.

Resalta la investigación que en un modelo preclínico, probado en ratones infectados, el tratamiento con esos péptidos produjo resultados similares a los efectos de la polimixina B, un antibiótico comercial que se utiliza para tratar la meningitis, la neumonía, la sepsis y las infecciones del tracto urinario, según un comunicado.

El investigador Luis Pedro Coelho, de la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia) y uno de los firmantes del artículo, subrayó que sin ninguna intervención se calcula que la resistencia a los antimicrobianos podría causar hasta diez millones de muertes en el año 2050, por lo que hay una necesidad urgente de nuevos métodos para descubrir antibióticos, agregó.

Para identificar las nuevas moléculas, los investigadores usaron el aprendizaje automático para analizar más de 60 mil metagenomas (una colección de genomas dentro de un entorno específico) que, en conjunto, contenían la composición genética de más de un millón de organismos.

Procedían de fuentes de todo el mundo, incluidos entornos marinos y del suelo, e intestinos humanos y animales, subraya el artículo.

El equipo verificó las predicciones probando 100 péptidos fabricados en laboratorio contra patógenos clínicamente significativos.

Descubrieron que 79 alteraban las membranas bacterianas y 63 atacaban específicamente bacterias resistentes a los antibióticos, como Staphylococcus aureus y Escherichia coli.

En algunos casos esas moléculas eran eficaces contra las bacterias a dosis muy bajas, resaltó otro de los firmantes César de la Fuente, de la Universidad de Pensilvania.

Los compuestos identificados procedían de microbios que vivían en una gran variedad de hábitats, como la saliva humana, las vísceras de cerdo, el suelo y las plantas, los corales y muchos otros organismos terrestres y marinos. Esto valida el amplio enfoque de los investigadores para explorar los datos biológicos del mundo.