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París. Un grupo de investigadores ha desvelado los mecanismos mediante los cuales las primeras células se amalgaman para formar el embrión, un descubrimiento que arroja nueva luz sobre las primeras etapas de la vida humana.Se trata del «primer estudio sobre la mecánica de la morfogénesis del embrión humano», resume el trabajo publicado este miércoles en la revista Nature.Unos días tras la fecundación, cuando el encuentro entre el espermatozoide y el óvulo ya ha dado lugar a una célula madre, que se ha dividido en unas diez células más, estas se acercan y se aglutinan para formar una sola unidad: es el embrión en su fase más temprana.Solo después de ese momento las células irán diferenciándose, dando lugar poco a poco a los órganos y luego a una forma humana.Esta primera etapa, denominada «compactación», es crucial. Es el objeto de este estudio, realizado principalmente por la investigadora Julie Firmin y en el que participaron el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia, el Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina (Inserm) y el Instituto Curie.Hasta ahora, se pensaba que el principal mecanismo de formación de un embrión era aquel por el que las células se pegan entre sí, a través de la adhesión de sus paredes.Sin embargo, según este estudio, este factor sólo desempeña un papel secundario. Lo más crucial es la capacidad de contracción de cada célula, mecanismo por el que tiran unas hacia otras.»Hay que imaginar un círculo de personas agarradas de la mano» que se cierra poco a poco, explica a Afp el investigador Jean-Léon Maître, que supervisó el estudio.Para llegar a esta conclusión, los investigadores examinaron las células de varios embriones sobrantes de fecundaciones in vitro y congelados en diferentes fases entre tres y cinco días.Cuanto más avanzado era su estado, mayor era la capacidad de contracción de sus células, mientras que el grado de adhesión de las paredes permaneció estable.Importante avance»Lo que hace que las células se peguen entre ellas no es la cantidad de pegamento, sino estos esfuerzos de contracción», insiste Maître, añadiendo que «no es para nada una sorpresa».En los últimos 20 años, varios estudios revelaron mecanismos similares en moscas y mamíferos como el ratón, aunque los detalles varían entre las especies animales y el ser humano.El estudio publicado este miércoles permite comprender mejor el embrión humano, aunque no cabe esperar consecuencias muy concretas de forma inmediata.Es concebible que estos conocimientos faciliten algún día la formación de embriones para la fecundación in vitro.Actualmente se opta por implantar embriones que hayan superado con éxito esta fase de formación.Este estudio marca además un importante avance en el conocimiento del comienzo de la vida humana, un área de investigación que se ha acelerado en los últimos años.Esta incluye también la reciente producción de estructuras similares a embriones en laboratorio por parte de varios equipos de investigación.Estas estructuras, a veces denominadas «embriones sintéticos» pese a que el término es controvertido, deberían permitir estudiar cómo se diferencian las células y luego los órganos durante las primeras semanas de gestación.Al igual que estos trabajos, el nuevo estudio pretende ante todo comprender mejor cómo se construye un organismo humano, qué lo asemeja a otros animales y qué lo distingue.Se trata, concluye este trabajo, de «descubrir cómo la naturaleza utiliza las leyes de la física para producir tantas formas de vida, con su pasmosa diversidad».