El expresidente Donald Trump dijo en una nueva entrevista que la decisión de enjuiciar a las mujeres por abortar o de vigilar su embarazo se debe dejar en manos de los estados. Rechazó comentar sobre el acceso a la píldora abortiva mifepristona, que ha estado envuelta en una intensa batalla legal.
En una entrevista publicada el martes en la revista Time, Trump respondió a las preguntas sobre cómo manejaría diversas cuestiones relacionadas con el aborto si resultaba electo diciendo que se debe dejar en manos de los estados.
“No es necesaria una prohibición federal”, dijo el virtual candidato republicano a la presidencia. “El fallo en el caso Roe contra Wade… no fue tanto sobre el aborto, sino sobre regresar la autoridad a los estados. Así, los estados podrían negociar acuerdos. Florida será diferente de Georgia, y Georgia será distinta de otros lugares”.
Cuando se le preguntó si vetaría un proyecto de ley que impusiera una prohibición federal, reiteró “se trata de los derechos de los estados” y dijo que “nunca se presentará esa oportunidad” porque los republicanos, aun si recuperan el senado en noviembre, no tendrían los 60 votos necesarios para superar las maniobras dilatorias y someter el proyecto de ley a una votación”.
Trump repitió su invariable respuesta sobre al autoridad de los estados cuando se le preguntó si éstos deberían vigilar el embarazo de las mujeres de manera que el gobierno supiera si abortaron. En medio de los debates sobre la criminalización de las mujeres por abortar, incluso de aquellas que manejan su embarazo por sí mismas con medicamentos, los expertos han advertido sobre cómo las modernas tecnologías de vigilancia podrían ayudar a los organismos federales del orden público a rastrear e investigar los abortos.
Cuando se le preguntó si una mujer debería ser castigada por abortar después de que un estado ha prohibido o restringido el procedimiento, Trump también respondió que eso dependerá de los estados.
“Los estados tomarán esa decisión”, dijo Trump. “Los estados tendrán que sentirse cómodos o incómodos, no yo”.
Recientemente, los demócratas retomaron los comentarios que Trump hizo en 2016, cuando señaló que “tiene que haber alguna forma de castigo” para las mujeres que abortan.
El aborto es un tema central de campaña en las elecciones presidenciales de 2024, por lo que Trump busca una postura más cautelosa respecto al tema, que se ha convertido en una vulnerabilidad para los republicanos y ha impulsado el voto por los demócratas. El hecho de que Trump deje el tema en manos de cada estado ha provocado críticas por parte de los demócratas, así como de conservadores y grupos contra el aborto que buscan una prohibición federal.
El grupo nacional antiaborto SBA Pro-Life America, que apoya una prohibición a nivel nacional, señaló en un comunicado que estaba “decepcionado por la postura del presidente Trump de dejar un tema de derechos humanos en poder de los estados”. La organización también afirmó que los demócratas abandonarían las tácticas dilatorias para “imponer su agenda abortiva sin límites en todo el país”.
En su mandato, Trump designó a tres jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos, quienes le ayudaron a formar la mayoría que invalidó el derecho constitucional al aborto, y se ha atribuido a él mismo ese hecho durante su campaña. A principios de este mes, dijo que fue “orgullosamente, la persona responsable del fin” del fallo del caso de Roe contra Wade, que data de hace 50 años.
Por su parte, el presidente Joe Biden ha culpado a Trump por una avalancha de restricciones estatales al aborto que entraron en vigor desde la revocación del fallo hace dos años. Su equipo de campaña también ha advertido que un segundo mandato de Trump podría generar restricciones al aborto en todo el país. Recientemente, Biden culpó a Trump de la prohibición al aborto a partir de las seis semanas de embarazo en Florida durante eventos de campaña realizados la semana pasada en ese estado.