Luis Abinader Encabeza el desfile cívico-militar en conmemoración del 181 aniversario de la Batalla del 19 de Marzo, en Azua
Este miércoles, 19 de marzo, el presidente de la República, Luis Abinader, encabeza el desfile cívico-militar en conmemoración del 181 aniversario de la histórica Batalla de Azua.
Este evento, que honra la valentía de los soldados dominicanos que lucharon en defensa de la soberanía nacional, refleja el compromiso del presidente Abinader por mantener vivas las memorias de los héroes que forjaron la independencia del país.
El desfile programado la mañana de hoy, rinde tributo a la primera gran victoria militar de la República Dominicana, librada el 19 de marzo de 1844, cuando las tropas dominicanas, comandadas por el general Pedro Santana, derrotaron al ejército haitiano encabezado por el general Souffront. Esta victoria marcó un hito en la defensa de la soberanía dominicana, pues fue la primera confrontación significativa luego de la declaración de independencia del país.

La Batalla de Azua: Un hito en la historia dominicana
La batalla del 19 de marzo, también conocida como la Batalla de Azua, fue un enfrentamiento crucial durante los primeros días de la independencia dominicana. Tras la proclamación de la independencia el 27 de febrero de 1844, el presidente haitiano Charles Hérard organizó un ejército de 30,000 hombres para invadir la nueva nación. Este ejército se dividió en tres flancos, siendo uno de ellos dirigido por el mismo Hérard hacia Azua, donde se dio el histórico combate.
En el enfrentamiento, un ejército de 2,500 soldados dominicanos, en su mayoría hateros y monteros, se enfrentaron con valentía y determinación a las fuerzas haitianas, que superaban en número a los dominicanos. Con la dirección estratégica de los generales Pedro Santana, Vicente Noble, Dionisio Reyes y Fernando Taveras, las tropas dominicanas lograron resistir y finalmente vencer a las fuerzas de Hérard y Souffront.
El contexto de la batalla
La independencia dominicana había sido recién proclamada el 27 de febrero de 1844, pero la amenaza del ejército haitiano, que había invadido la isla con la intención de recuperar el territorio perdido, era inminente. El presidente haitiano, Charles Hérard Ainé, organizó un ejército de 30,000 hombres, dividiéndolos en tres flancos con el objetivo de atacar simultáneamente desde el norte, el sur y el centro del país. El general Souffront avanzaba por el norte, mientras que Hérard se dirigía al sur con la intención de tomar la ciudad de Azua, clave en la estrategia militar de los haitianos.

Sin embargo, las fuerzas dominicanas, aunque en inferioridad numérica, estaban comandadas por hombres de gran coraje y patriotismo, entre ellos el propio general Pedro Santana, así como Vicente Noble, Dionisio Reyes, Fernando Taveras y otros líderes militares. A pesar de ser menos en número, las tropas dominicanas estaban bien posicionadas en puntos estratégicos de la ciudad de Azua, con un ejército compuesto por unos 2,500 hombres, entre los cuales se encontraban hateros, monteros y jóvenes entrenados para la guerra.
El desarrollo de la batalla
La jornada comenzó temprano en la mañana del 19 de marzo, cuando el general Hérard, confiado en la superioridad numérica de su ejército, comenzó el avance hacia Azua. Sin embargo, se encontró con una feroz resistencia desde el primer momento. Las tropas dominicanas, apostadas estratégicamente en puntos como El Camino del Barro, La Loma de Resolí y el Paso del Jura, no solo resistieron, sino que atacaron con fuerza a las fuerzas haitianas.
En el Paso de la Hicotea, las tropas haitianas, lideradas por Souffrand, se encontraron con las fuerzas dominicanas comandadas por Manuel Mora, quien, con valentía, detuvo el avance enemigo. Por otro lado, en el Camino de Los Conucos, los haitianos se vieron sorprendidos por los cañones de Francisco Soñé, cuyas poderosas descargas de metralla causaron una masacre entre las filas haitianas. El suelo quedó cubierto de cadáveres, mientras que los dominicanos, aprovechando el pánico generado por los disparos, lanzaban furiosas cargas de fusilería y machete.

El caos se apoderó de las filas haitianas cuando el comandante Vicent Jean Degales fue decapitado por las tropas dominicanas. En ese momento, las fuerzas haitianas comenzaron a desordenarse y a retirarse, sin un líder que pudiera organizar su retirada. Las tropas haitianas que avanzaban por El Camino del Barro fueron sorprendidas por las fuerzas dominicanas del general Lucas Díaz y el capitán Nicolás Mañón, quienes, con el apoyo de los fusileros azuanos, lanzaron un feroz asalto a machete que sembró el terror y desbarató al ejército invasor.
La resistencia y la victoria
A lo largo de todo el día, los dominicanos continuaron resistiendo con gran determinación, defendiendo cada tramo de la ciudad de Azua. En la comunidad de El Barro, el ejército haitiano fue detenido por las tropas dominicanas comandadas por Duvergé y luego fue derrotado por Nicolás Mañón en el Cerro de Resolí. Finalmente, al caer la tarde, las fuerzas haitianas, desorganizadas y derrotadas, se retiraron hacia el río Jura.
Aunque el jefe haitiano Tomás Héctor había logrado entrar brevemente en Azua, la ciudad estaba desierta y la resistencia dominicana, feroz y bien organizada, había rechazado su avance. La victoria en Azua fue definitiva. Las tropas haitianas comenzaron a retirarse hacia el río Jura, y el ejército invasor, sin capacidad para reagruparse, se vio obligado a abandonar la lucha.
Consecuencias de la batalla
La Batalla de Azua no solo significó una victoria militar, sino también un triunfo simbólico para la naciente República Dominicana. Con esta victoria, las ideas de independencia, que se habían manifestado con el trabucazo del 27 de febrero, se afianzaron en la conciencia colectiva del pueblo dominicano. La nación había probado su capacidad para defender su soberanía, y la lucha por la libertad ya estaba profundamente arraigada en el espíritu de los dominicanos.
El valor y la determinación de los soldados dominicanos, que lucharon con coraje a pesar de las desventajas numéricas, se convirtieron en un símbolo de la resistencia nacional. La victoria en Azua, junto con otras luchas que seguirían, consolidó la independencia del país y dejó una huella imborrable en la historia.
El 19 de marzo de 1844, Azua no solo fue el escenario de una victoria militar, sino de un acto de reafirmación nacional que marcó un antes y un después en la historia de la República Dominicana. Hoy, más de 180 años después, esa fecha sigue siendo recordada con orgullo por todos los dominicanos, como un recordatorio de los sacrificios hechos por los patriotas que defendieron con honor la independencia de la nación.
El desfile: Un tributo a la memoria histórica
Este desfile cívico-militar de este miércoles en Azua, que contó con la presencia de diversas autoridades y ciudadanos, es un reconocimiento a los hombres y mujeres que participaron en esta victoria histórica. La actividad será una ocasión para reflexionar sobre la importancia de la defensa de la soberanía y la independencia, así como para recordar a los valientes que lucharon para que la República Dominicana hoy sea un país libre y soberano.

El desfile no solo es un homenaje a la valentía de los combatientes de la Batalla de Azua, sino también una oportunidad para reafirmar el compromiso del presidente Luis Abinader con la memoria histórica del pueblo dominicano, buscando fortalecer el sentido de identidad y patriotismo en las nuevas generaciones.
Con este acto, se busca también incentivar el conocimiento y la valoración de la historia nacional, un legado que sigue vivo en la lucha por la libertad y la independencia del país.