Redacción América.- La capital uruguaya será el epicentro de una de las citas diplomáticas más esperadas del año en Sudamérica. Los días 5 y 6 de diciembre, la cumbre del Mercosur reunirá a los jefes de Estado del bloque, entre ellos, los presidentes de Argentina, Javier Milei, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quienes protagonizarán un nuevo cara a cara que promete intensos intercambios y tensión política.
El encuentro llega en un momento crítico para el Mercosur, que enfrenta desafíos internos y externos, y estará marcado por el contraste entre las visiones diametralmente opuestas de los mandatarios sobre economía, integración regional y política internacional. La reciente cumbre del G20 en Río de Janeiro dejó en evidencia las profundas diferencias entre ambos, tanto en tono como en contenido.
Visiones contrapuestas en el Mercosur
Javier Milei, quien asumió la Presidencia argentina hace un año, ha sido un feroz crítico del Mercosur, al que califica como un “bloque comercial defectuoso” que “no cumple con las expectativas de libre mercado”.
Durante la campaña electoral que le llevó a la Casa Rosada, Milei incluso mencionó la posibilidad de que Argentina se retirara del bloque. “El Mercosur, tal como está, no sirve a los intereses de los argentinos. Vamos a buscar acuerdos bilaterales que realmente potencien el comercio y la prosperidad”, afirmó el político libertario.
Por su parte, Lula da Silva, un defensor histórico de la integración regional, ha insistido en que el Mercosur es “indispensable” para el desarrollo de sus miembros y para enfrentar los desafíos globales.
“Nuestra región debe estar unida frente a la competencia de las grandes potencias. Brasil está aquí para fortalecer al Mercosur, no para debilitarlo”, declaró recientemente el líder brasileño.
El contraste no solo refleja diferencias ideológicas, sino también estilos personales antagónicos. Mientras Lula apuesta por el diálogo multilateral y un liderazgo tradicional, Milei, conocido por su estilo confrontativo y sus discursos cargados de retórica, busca romper el statu quo regional.
Expectativas y tensiones previas
Fuentes diplomáticas han señalado que la agenda de la cumbre incluirá temas sensibles como la modernización del Mercosur, la relación con China y la Unión Europea, y la flexibilización de las reglas internas para permitir acuerdos bilaterales entre los países miembros. Sin embargo, es el cara a cara entre Milei y Lula lo que concentra la atención mediática.
“Será un encuentro interesante, pero también muy tenso. Hay muchas expectativas sobre cómo se manejarán las diferencias entre ambos líderes”, señala un alto funcionario de uno de los países integrantes del bloque.
Recientemente, ambos mandatarios han intercambiado críticas indirectas. Durante un evento en Brasilia, Lula cuestionó las políticas neoliberales que Milei está implementando en Argentina. “Las recetas del ajuste y el mercado no son la solución para nuestros pueblos, ya las hemos visto fracasar antes”, afirmó el presidente brasileño.
Milei, por su parte, respondió desde Buenos Aires asegurando que “la política de subsidios y populismo de Lula ha condenado a millones de brasileños a la pobreza”.
La cumbre, que se realizará en el emblemático Palacio Legislativo de Montevideo, contará con la presencia de los otros dos miembros plenos del Mercosur: Uruguay y Paraguay. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, se posiciona como un posible mediador entre Lula y Milei, dado su interés en flexibilizar el bloque para permitir más autonomía en la firma de acuerdos bilaterales.
“Nuestro papel será promover el diálogo y buscar puntos de acuerdo. El Mercosur no puede permitirse divisiones profundas en este momento”, señaló Lacalle Pou en una reciente conferencia de prensa.
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, también participará en las discusiones, con una postura más alineada con Lula en defensa del bloque, pero con disposición a discutir reformas.
Opiniones divididas en la región
La cumbre ha generado un intenso debate en los círculos políticos y económicos de la región. Empresarios argentinos han expresado su preocupación por un posible debilitamiento del Mercosur si las tensiones persisten.
“La integración regional es clave para acceder a mercados más grandes. No podemos permitir que las diferencias ideológicas destruyan lo que se ha construido”, dijo al diario Ámbito Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción.
Mientras tanto, en Brasil se oyen voces críticas con el mandatario argentino. “El enfoque radical de Milei no ayuda a construir puentes en la región. Necesitamos más cooperación, no menos”, declaró a El País el analista político brasileño Cláudio Couto.
Con el Mercosur en la encrucijada, la cumbre de Montevideo será determinante para el futuro del bloque. Aunque es poco probable que las diferencias entre Lula y Milei se resuelvan en esta instancia, los expertos coinciden en que el encuentro será clave para definir el tono de las relaciones bilaterales y regionales en los próximos años.
“Es un momento crítico, pero también una oportunidad. Si ambos líderes logran encontrar puntos de coincidencia, aunque sean mínimos, el Mercosur podría salir fortalecido”, manifestó a La Nación la analista internacional María Eugenia Demarchi.
Montevideo se prepara para recibir a los líderes en un clima político cargado de expectativas y tensiones, con el futuro del bloque como telón de fondo.