El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, y el presidente de dominicano, Danilo Medina, conversaron sobre las elecciones de 2020 en la República Dominicana, a las que el gobernante latinoamericano teóricamente no podría presentarse de acuerdo a la Constitución del país, informó hoy la diplomacia estadounidense.
En un comunicado, el Departamento de Estado informó de que, el miércoles, Pompeo y Medina abordaron diferentes asuntos en una llamada telefónica.«Los dos hablaron sobre la importancia de que todos los actores políticos de la República Dominicana preserven las instituciones democráticas y la adhesión al Estado de Derecho y la Constitución, particularmente en el período previo a las elecciones de 2020 en la República Dominicana», indicó el Departamento de Estado en su nota.
Este posicionamiento de EE.UU. se produce a la espera de que, en las próximas horas, los senadores de la corriente de Medina presenten en la cámara alta un proyecto de ley que podría convocar a reformar la Constitución con el propósito de que el gobernante pueda presentarse a un tercer mandato consecutivo.
La Constitución de República Dominicana prohíbe expresamente a Medina buscar un tercer mandato; sin embargo, funcionarios y legisladores de la corriente que encabeza el mandatario dentro del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) llevan meses promoviendo su reelección para las elecciones de mayo de 2020.
Medina, por su lado, guarda silencio sobre este tema a pesar de que en 2018 prometió que en marzo de este año fijaría su posición al respecto.
Pasada esa fecha anunció que «pronto» hablaría de sus intenciones para las elecciones de mayo de 2020 y la semana pasada, interpelado por la prensa, dijo que «casi, casi» ha llegado el momento.
La República Dominicana celebrará elecciones presidenciales y legislativas el 17 de mayo de 2020, mientras que tres meses antes, el 16 de febrero, tendrán lugar las municipales.
En su web, el Departamento de Estado describe sus relaciones con la República Dominicana como «sólidas, pero complejas» debido a los buenos vínculos comerciales entre los dos países y, al mismo tiempo, la insistencia de Washington para que la nación caribeña haga frente a la corrupción y mejore su transparencia.
