Un rayo fue lo que finalmente provocó la bola de fuego giratoria en la superficie del Golfo de México que conmocionó a personas de todo el mundo a fines de la semana pasada, según la compañía petrolera estatal mexicana.
El incendio estalló temprano en la mañana del 2 de julio, luego de que un rayo golpeara el gas que se había escapado de un ducto hasta la superficie del agua cerca de la península de Yucatán, dijo Petróleos Mexicanos (PEMEX) en un comunicado el lunes, agregando que no se había derramado petróleo durante la avería.
La compañía planea realizar más investigaciones sobre el incidente, donde el fuego se apagó en aproximadamente 5 horas, sin que ningún personal haya sufrido lesiones. PEMEX también sugirió que sus “acciones inmediatas para controlar el fuego” significaban que había “evitado el daño ambiental”, aunque muchos se han opuesto a esta afirmación, ya que se ha demostrado que las fugas de gas submarinas dañan gravemente las formas de vida del océano.
Si bien los rayos fueron la causa directa del incendio, grupos ambientalistas en México dijeron que este último colapso catastrófico de la infraestructura de combustibles fósiles en el Golfo representó un «ecocidio» mayor, que la industria ha llevado a cabo contra el planeta al perpetuar la crisis climática.
Una coalición, que incluye a Greenpeace México y otros, emitió el lunes una serie de demandas criticando a PEMEX, uno de los diez mayores productores de combustibles fósiles del mundo, y pidiendo al gobierno mexicano que «cese el ecocidio causado por la industria petrolera, reduzca las inversiones en este sector, y establezca un plan claro para lograr una transición energética justa”.
La ruptura inicial tuvo lugar en el yacimiento petrolífero insignia de PEMEX Ku Maloob Zaap, que genera más del 40% de los 1,7 millones de barriles de producción diaria de la empresa. PEMEX tiene un largo historial de derrames y otras averías en sus instalaciones. En 1979, su pozo de petróleo Ixtoc I en el Golfo provocó uno de los peores derrames de petróleo de la historia, mientras que una serie de explosiones relacionadas con la gasolina en las alcantarillas de la ciudad de Guadalara en 1992 mataron a cientos, aproximadamente a 1,000 personas.
Pero cambiar al gigante petrolero para que sea parte de un futuro post-petrolero para el clima será una tarea difícil. Ha sido un símbolo importante de la autonomía mexicana y el orgullo nacional desde que fue creado en 1938, y ahora emplea a casi 151,000 personas y proporciona casi una quinta parte de los ingresos nacionales de México.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho de la reactivación de la empresa, que está muy endeudada y posee varias refinerías envejecidas, una parte clave de su agenda.