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Bombardeos y disparos de artillería israelíes golpearon ayer el norte y el centro del territorio palestino, así como Rafah, en el sur, ciudad en donde campos de desplazados de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (Unrwa) fueron blanco de misiles, con saldo de al menos 40 palestinos muertos y decenas de heridos, la mayoría mujeres y niños, informó Ashraf Al-Qidra, portavoz del Ministerio de Salud en la Gaza.

El ejército israelí justificó el ataque con el argumento de que se trató de un campamento “en donde un importante número de terroristas de Hamas estaba operando” y agregó que el operativo se llevó a cabo con “municiones precisas y sobre la base de información precisa”.

Sin embargo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) reconocieron el daño causado a la población civil: “Las FDI tienen conocimiento de informes que indican que, como resultado del ataque y el fuego que se prendió, varios civiles de la zona resultaron heridos. El incidente está bajo revisión”, señalaron en un comunicado.

Sami Abu Zuhri, alto funcionario de Hamas, describió el ataque en Rafah como una “masacre”, y responsabilizó a Estados Unidos de ayudar a Israel con armas y dinero.

“Los ataques aéreos quemaron las tiendas. Las tiendas se están derritiendo y los cuerpos de la gente también se están derritiendo”, dijo uno de los residentes que llegó al hospital kuwaití en Rafah.

La presidencia palestina acusó a las fuerzas israelíes de “atacar deliberadamente” las carpas de las personas desplazadas.

El Comité Internacional de la Cruz Roja dijo que su hospital de campaña en Rafah estaba recibiendo una gran afluencia de víctimas, al igual que otros centros de salud.

Autoridades de Tel Aviv indicaro que sus fuerzas destuyeron más de 50 “objetivos terroristas” ayer en Gaza, y aseguraron haber eliminado al jefe de Hamas para Cisjordania reocupada y a otro alto funcionario “detrás de ataques mortales contra israelíes”, Yassin Rabia y Khaled Nagar respectivamente.

El bombardeo en Rafah fue en respuesta a ocho cohetes lanzados por las brigadas Ezedin al Qasam, brazo armado de Hamas, contra la capital israelí, Tel Aviv, horas antes, en un ataque que no causó bajas ni daños importantes. “Algunos (de los proyectiles) fueron interceptados”, informó el ejército israelí.

Mientras que en Palestina el saldo de la guerra se elevó a 35 mil 985 fallecidos.

Hamas afirmó anoche que los palestinos deben “levantarse y marchar” contra la “masacre” del ejército israelí en la ciudad de Rafah.

“A la luz de la horrorosa masacre sionista cometida esta noche por el ejército de ocupación criminal contra las carpas de los desplazados (…) llamamos a las masas de nuestro pueblo en Cisjordania, Jerusalén, los territorios ocupados y el exterior a levantarse y marchar furiosamente contra la masacre sionista en marcha”, dijo el grupo islamista en un comunicado. “La realización de esta atroz masacre por las fuerzas de ocupación israelíes es un reto a todas las legítimas resoluciones internacionales”

En tanto, varios camiones con ayuda humanitaria procedentes de Egipto comenzaron a entrar en la franja de Gaza a través del paso fronterizo de Kerem Shalom, controlado por Israel, para atender una situación descrita por la ONU como “catastrófica”

“Sufrimos (…) hambre, sed y una falta cruel de ayuda”, dijo a la AFP Moaz Abu Taha, un palestino de 29 años en Rafah.

Por otra parte, un amplio grupo de países discutió en Bruselas con la Unión Europea y el primer ministro palestino, Mohamed Mustafa, el fortalecimiento de la Autoridad Nacional Palestina para que en algún momento recupere el control de Gaza.

Reconocer el Estado de Palestina es hacer “justicia para los palestinos” y “la mejor garantía de seguridad para Israel”, afirmó el canciller español, José Manuel Albares. Mustafa agradeció la “valiente” posición de España.

Medios de comunicación israelíes indicaron que el jefe del Mossad -el servicio de inteligencia- David Barnea, acordó durante reuniones en París con su par estadunidense, William Burns, director de la CIA y el primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, un nuevo marco para las conversaciones hacia un alto el fuego.

El presidente estadunidense, Joe Biden, afirmó estar “comprometido en una diplomacia de emergencia” para conseguir un alto el fuego y la liberación de los rehenes, en tanto el premier israelí, Benjamin Netanyahu, se declaró “firmemente” en contra del fin inmediato de la guerra en Gaza, e Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Pública de línea dura, que no forma parte del gabinete de guerra de Israel, instó al ejército a golpear a Rafah con más fuerza: “Rafah con toda su fuerza”, publicó en X.

Mientras que en Alemania, manifestantes propalestina exigen a su gobierno detener las entregas de armas a Israel, demanda que los llevó a interceptar e increpar a la ministra del Exterior, Annalena Baerbock.