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Una hambruna es “inminente” en el norte de Gaza, donde el 70% de la población experimenta un hambre catastrófica, según un informe divulgado el lunes en el que se advirtió que un recrudecimiento de la guerra podría poner a la mitad de los habitantes de Gaza al borde de la inanición.

El informe — elaborado por la autoridad de la comunidad internacional para determinar la gravedad de las crisis de hambre— fue dado a conocer mientras Israel enfrenta una creciente presión, incluso de sus aliados más cercanos, para que agilice el ingreso de asistencia a la Franja de Gaza y abra más cruces terrestres. Los grupos de ayuda humanitaria se quejan de que los envíos que realizan Estados Unidos y otros países por vía aérea y marítima son demasiado lentos y demasiado pequeños.

Josep Borrell, el máximo diplomático de la Unión Europea, dijo que la hambruna que se avecina es “totalmente provocada por el hombre” y que la “muerte por inanición está siendo utilizada como arma de guerra”.

En tanto, las fuerzas israelíes lanzaron el lunes un nuevo operativo contra el mayor hospital de la Franja de Gaza, argumentando que milicianos de Hamás se habían reagrupado en el lugar y les habían disparado desde el interior del complejo del hospital Shifa.

Los enfrentamientos continuaron durante todo el día dentro y en los alrededores del hospital, en donde funcionarios palestinos afirman que se resguardan decenas de miles de personas.

El ejército israelí informó que sus soldados mataron a 20 personas a las que identificó como combatientes de Hamás, y que uno de sus propios elementos perdió la vida, aunque no fue posible confirmar que los muertos realmente fueran milicianos. Entre los fallecidos estaba un alto comandante de las fuerzas policiales de Gaza que, según Israel, se ocultaba en el hospital. Funcionarios de Gaza dijeron que el comandante era encargado de coordinar la protección de las caravanas de ayuda.

El ejército ingresó por última vez al hospital de Shifa en noviembre, después de afirmar que Hamás contaba con un complejo centro de mando dentro y debajo de las instalaciones. Los militares dieron a conocer la existencia de un túnel que conducía a algunas habitaciones subterráneas, así como armas que dijeron que fueron descubiertas dentro del hospital. Pero la evidencia no fue suficiente para respaldar las afirmaciones anteriores y los críticos acusaron al ejército de poner en riesgo la vida de civiles de forma imprudente.

LA OFENSIVA EN RAFAH PODRÍA PONER A LA MITAD DE GAZA AL BORDE DE LA HAMBRUNA
Los hallazgos más recientes sobre la situación de hambruna en Gaza provinieron de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés), una iniciativa que se creó en 2004 durante la hambruna de Somalia y que ahora incluye a más de una docena de agencias de Naciones Unidas, grupos de ayuda humanitaria, gobiernos y otros organismos para determinar la gravedad de la inseguridad alimentaria.

El organismo afirma que prácticamente todos los residentes de Gaza pasan apuros para obtener comida suficiente, y que aproximadamente 677.000 personas —casi una tercera parte de los 2,3 millones de habitantes— están experimentando el nivel más elevado de hambre catastrófica. Eso significa que enfrentan una carencia extrema de alimentos y niveles críticos de desnutrición aguda. Esa cifra incluye a unas 210.000 personas en el norte del territorio.

Se pronostica que en cualquier momento entre ahora y mayo se presente una hambruna absoluta en el norte del territorio, señaló el informe. Se considera que un área enfrenta una hambruna cuando el 20% de los hogares tienen una carencia extrema de comida, el 30% de los niños padecen desnutrición aguda y al menos dos adultos o cuatro niños por cada 10.000 habitantes fallecen a diario.

El informe señaló que la primera condición ya se cumplió, y es “altamente probable” que la segunda también. Se prevé que la tasa de fallecimientos se acelere y pronto alcance niveles de hambruna, señaló.

El informe advirtió que si Israel amplía su ofensiva hacia la atestada ciudad sureña de Rafah —algo que el primer ministro Benjamin Netanyahu ha prometido hacer— los combates podrían orillar a más de 1 millón de personas, la mitad de la población de Gaza, a una hambruna catastrófica y posiblemente provocar condiciones de inanición en el sur.

“Esta es la mayor cantidad de personas que enfrentan actualmente una hambruna inminente en el mundo, y sólo se necesitaron cinco meses para que esto ocurra”, dijo Matthew Hollingworth, director interino del Programa Mundial de Alimentos para los territorios palestinos.

Jamie McGoldrick, coordinadora humanitaria de la ONU para los territorios palestinos, pidió la apertura de “todos los caminos” para el ingreso de ayuda, incluidos aquellos que van hacia el norte y el centro de Gaza. El informe del PMA señaló que la ayuda arrojada desde el aire es “insignificante” en comparación con la que llega en camiones.

El norte de Gaza, incluida la Ciudad de Gaza, fue el primer blanco de la invasión, y vecindarios enteros han sido arrasados. Actualmente es el epicentro de la catástrofe humanitaria en Gaza, y muchos residentes se han visto obligados a alimentarse con comida para animales. Al menos 27 personas, en su mayoría niños, han muerto por desnutrición y deshidratación en el norte del territorio, según el Ministerio de Salud.

Shimon Freeman, portavoz del organismo militar israelí que se encarga de asuntos palestinos, dijo que Israel “no le pone un límite a la cantidad de ayuda que puede ingresar a la Franja de Gaza”, y alienta a los países a enviar ayuda. Israel ha acusado a las agencias de la ONU de no distribuir la ayuda de manera oportuna. Los grupos de ayuda humanitaria dicen que la distribución es imposible en gran parte de Gaza debido a las hostilidades, la dificultad para coordinarse con las fuerzas armadas y el colapso del orden público en la región.

Alex de Waal, director ejecutivo de la Fundación para la Paz Mundial en la Universidad Tufts y experto en hambrunas globales, dijo que Israel había recibido “amplias advertencias” de que si seguía destruyendo infraestructura crucial, obligando al desplazamiento de grandes números de personas y obstruyendo operaciones de ayuda, los resultados serían catastróficos.

“Al no haber cambiado de rumbo, es culpable de estas muertes”, señaló.

Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, dijo que depende de Israel facilitar la llegada de más ayuda.

“Israel tiene que hacerlo. No es una cuestión de logística. No es porque Naciones Unidas no haya proporcionado ayuda suficiente”, indicó. “Los camiones están detenidos. La gente está muriendo, mientras que los cruces terrestres han sido cerrados artificialmente”.

“ESTAMOS ATRAPADOS”
La redada sobre el hospital Shifa comenzó antes del amanecer, cuando fuerzas israelíes con el respaldo de tanques y artillería rodearon el complejo y los soldados irrumpieron en varios edificios.

“Estamos atrapados”, dijo Abdel Hady Sayed, quien lleva meses refugiado en las instalaciones. “Le disparan a cualquier cosa que se mueva”.

Al anochecer, dijo que aún había tanques en los terrenos del hospital, y que podía ver tres cadáveres afuera de las puertas. “No podemos recoger a los muertos”, agregó.

El Ministerio de Salud de Gaza indicó que unas 30.000 personas se resguardan en el hospital, incluidos pacientes, personal médico y personas que han huido de sus casas en busca de seguridad. La guerra ha desplazado a cerca del 80% de la población de Gaza.

El contraalmirante Daniel Hagari, el principal vocero de las fuerzas armadas israelíes, dijo que milicianos de alto rango de Hamás se habían reagrupado en el hospital y desde allí coordinaban ataques.

Entre las personas que murieron en el operativo se encontraba Faiq Mabhouh, alto funcionario de la policía de Gaza, la cual está bajo el control del gobierno de Gaza encabezado por Hamás pero es independiente a la rama militar del grupo. Las fuerzas armadas israelíes aseguraron que estaba armado y se ocultaba en Shifa, y que en una habitación adyacente se encontraron armas.

El gobierno de Gaza dijo que Mabhouh estaba a cargo de proteger la distribución de asistencia en el norte y de la coordinación entre los grupos de ayuda y las tribus locales. Grupos de ayuda humanitaria dicen que los ataques israelíes contra la policía son una de las razones por la que hay un quebrantamiento del orden público, lo que ha derivado en que palestinos desesperados avasallen los camiones de asistencia.

Hagari dijo que los pacientes y el personal médico podían permanecer en el complejo médico y que se había creado un corredor para que los civiles que quisieran irse pudieran hacerlo en forma segura.

Israel acusa a Hamás de utilizar hospitales y otras instalaciones civiles para resguardar a sus combatientes. Las fuerzas armadas israelíes han allanado varios hospitales desde el inicio de la guerra.

El Ministerio de Salud de Gaza dijo el lunes que al menos 31.726 palestinos han perdido la vida a consecuencia de la ofensiva de Israel. El conteo del ministerio no distingue entre civiles y combatientes, pero afirma que dos terceras partes de los fallecidos eran mujeres y niños.

Milicianos palestinos mataron a unas 1.200 personas en el ataque de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel que desató la guerra, y se llevaron a otras 250 como rehenes. Se cree que Hamás aún tiene a unos 100 cautivos, al igual que los restos de otros 30, luego de que la mayoría del resto fueron liberados durante un cese del fuego el año pasado.