El expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021) se presentó este sábado como un «orgulloso disidente político» en la convención anual conservadora estadounidense CPAC, en un discurso presenciado por líderes de la extrema derecha como el presidente argentino, Javier Milei.
«Hoy estoy ante ustedes no solo como su pasado y, ojalá, futuro presidente, sino también como un orgulloso disidente político. Soy un disidente», dijo sin titubear el exmandatario republicano.
Desde la muerte hace una semana del disidente político ruso Alexéi Navalni en la prisión en la que se encontraba recluido -muerte de la que el Gobierno estadounidense responsabiliza a Vladímir Putin- Trump se ha dedicado a compararse con él.
Mientras que Navalni cumplía condena por sus críticas a Putin, Trump está imputado de 91 cargos y tendrá que afrontar cuatro juicios civiles por delitos como el soborno, el intento de invalidar unas elecciones o la retención ilegal de documentos clasificados.
Trump participó este sábado en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés) que concluye hoy e inició el pasado miércoles, en la que han participado figuras de la extrema derecha nacional e internacional.
Entre ellos el presidente de El Salvador, Nayib Bukele; el presidente argentino Milei; el presidente del partido español de extrema derecha VOX, Santiago Abascal o el hijo del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro.
Los tres últimos estuvieron este sábado presentes en la intervención de Trump, uno de los más esperados por decenas de asistentes al gran congreso de la extrema derecha estadounidense, que este año sirvió para posicionar a Trump como el único candidato Republicano para las próximas elecciones presidenciales.
En su discurso Trump hizo un repaso a sus temas favoritos, entre ellos la inmigración, y volvió a prometer que, cuando vuelva a la Casa Blanca, no solo construirá su famoso muro -que no construyó cuando fue presidente- sino que llevará a cabo «la deportación más grande de la historia», sacando de Estados Unidos a 18 millones de personas.
También tuvo referencias constantes al presidente Joe Biden -quien previsiblemente será su rival el próximo noviembre- y numerosas burlas, verbales y a través de mímica, riéndose de su avanzada edad.
Y volvió a referirse a sí mismo como la víctima de una caza política en su contra llevada a cabo por «el corrupto de Joe Biden». «Ni Al Capone ha sido imputado tantas veces», afirmó.
Según el expresidente, el próximo 5 de noviembre, cuando Estados Unidos celebre elecciones, será «el nuevo Día de la Liberación» de «los mentirosos, tramposos, estafadores, censores e impostores que se han apoderado» del Gobierno. «Será el día del juicio final y nuestra victoria será mi venganza definitiva y absoluta», agregó.
Aunque Trump se sabe favorito y los números le dan la razón, todavía faltan cinco meses para la convención republicana en la que se elegirá formalmente al candidato. Después de participar en la CPAC, Trump viajará a Carolina del Sur, donde este sábado se celebran elecciones dentro del proceso de primarias.
Y es que Trump todavía tiene una contrincante, la exrepresentante de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley.
Pero para los asistentes a la CPAC Trump es el candidato único, hasta el punto de que ya se está empezando a debatir quién será su número dos.
La organización de la CPAC está llevando a cabo una encuesta en la que se pide a los asistentes que elijan al mejor compañero de fórmula para Trump, resultados que se conocerán en la clausura del evento.
El listado contiene cerca de una veintena de nombres de potenciales candidatos entre los que están el senador Tim Scott de Carolina del Sur; la legisladora Elise Stefanik de Nueva York o el senador J.D. Vance de Ohio.
Algunos de ellos han subido estos días al escenario del centro de convenciones donde se celebra la CPAC para presentar su apoyo ciego e incondicional al expresidente.